“ Acercó sus manos a la pintura y una energía especial irradio el espacio”
La obra de Luis Altieri es la delicada construcción de múltiples huellas estéticas.
La pintura se construye primero desde el collage, desde la suavidad del tacto, el papel es la primera arquitectura.
Luego nace la luz del color, diferentes veladuras cromáticas van creando una atmósfera de belleza; rosas , celestes , blancos van cubriendo el plano hasta crear un espacio de expansión, sensible al tacto y a la mirada.
Como en la tradición de Tàpies, la materia en su obra es soporte, luego emerge el dibujo, la escritura, una narrativa lúdica donde la línea dibuja la historia del cuadro.
En esta muestra, diferentes etapas de obra se integran y dialogan.
Como en un sistema sinfónico, los múltiples recursos plásticos se potencian entre si , el papel nace de la naturaleza, fibroso como un papiro egipcio, sus pigmentos naturales crean el primer mapa de composición de las obras, luego deviene el color, su potencia, la mancha que es la impronta del cuerpo en la tela y luego la grafia, el texto mágico que se delinea en cada cuadro.
Grandes autores crearon la posibilidad de expandir la pintura a sus mas extremas formas de sensibilidad, Basquiat y Cy Tombly, trazaron la narrativa de fusionar la escritura y el soporte, esa lógica aparece en la obra de Altieri.
Esta muestra posee una alta intensidad ya que narra diferentes estados pictóricos subjetivos : se despliega desde lo lúdico y luminoso , atraviesa lo erotico y voluptuoso de los colores hasta manifestar el mas extremo silencio de las paletas bajas, los monocromos grises y silenciosos como una meditación zen.
Rothko es invocado en la poética de esas piezas. El nos enseñó que en la contemplación se crea esa posibilidad de flotación, de vibrar en un color único como campo sensorial cromático cuya intensidad es equivalente al mantra sonoro de un rezo.
Esta fuerza vital y mística de la pintura en esta muestra, nos invita a un viaje sensual, cósmico y mágico, donde el artista y el espectador se potencian, se llenan de energía para desplegar el gran espacio plástico que es la vida misma.
Fabiana Barreda
Artista y teórica en arte contemporáneo
Buenos Aires marzo de 2015