“Es el propósito central de mi trabajo que el cuadro sea como un talismán, un objeto o un mecanismo para ayudar a que la gente que lo vea cambie su mentalidad normal y se traslade a este estado que llamamos de contemplación de la realidad profunda, de la conciencia cósmica, del absoluto; o, para los creyentes, del rostro de la divinidad”
Antoni Tápies
Pastiche, Cocoliche, barro tal vez…
Un collage entre fotografías del imaginario colectivo y la “materia oscura”. Extraño maridaje que procura iluminar la materia. Sacudir, mezclar, provocar, confundir, alterar, perturbar la lógica lineal. Enterrar en materia pictórica estas imágenes, poner al color en una intensidad tan alta y densa, que pueda sostener, contener la fuerza de la imagen. Sumergir este mundo figurativo en otra sensualidad matérica, rica en tacto, relieves, empastes y gestos. Gesto que es pura intuición del impulso.Jugar. Mezclar a Archimboldo con Madonna, o cosmovisiones tántricas, de donde provienen Kali, Durga, Lakshmi, Shiva y Shakti, junto con nuestra Venus Afrodita, en un Circo Beat, en una melange random de un cine alucinado. El collage de Robert Rauschenberg, dislocado del sentido político, hacia un caldo de pura sustancia estética.
Todo sumergido en el mismo pastiche multicolor. Una pintura que todo lo cubre, todo lo subsume en materia de radiación y texturas.
Queda abolida nuestra intención consciente de conectar sentido a las imágenes. Nada de eso, juego visual, barro tal vez…Sustratos de contenidos que hierven por debajo, burbujean en puro sentido estético, elevando la vibración de la materia hasta convertirla en materia iluminada.
Luis Altieri, mayo 2024